Hay miles de dudas rondando siempre por mi cabeza, pero la que me ataca con más fuerza estos últimos días es la capacidad de razonamiento de la gente ¿por qué a veces es tan y tan nulo? En nuestro afán de comprender, ayudar y sacudir a los demás, pasamos a arruinarles la existencia, creemos que si nos alejamos o hacemos algún movimiento drástico, les daremos a entender su gran error, sin darnos cuenta que éste se encuentra dentro de nosotros. La necedad que tenemos me llega a impresionar demasiado, pero sobre todo, el cómo podemos arruinar una amistad, un cariño, un lazo con unas cuantas líneas.
Decepción: esa es la palabra del día, y de los últimos meses.
Gracias por nada.
Gracias por darme a entender que me quieres.
Gracias por detenerte a pensar en mí.
Gracias, sarcasmo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario